Caminos de inculturación en la Iglesia de Kuna Yala
El anuncio del Evangelio en Kuna Yala va configurándose con algunos rasgos peculiares que explicitamos en seis ejes principales que han centrado la reflexión de los misioneros católicos y las CEBs en los últimos años. Exponemos a continuación otro de los ejes que inspiran nuestro trabajo de Iglesia:
ACOMPAÑAMIENTO
PRESENTACIÓN:
El pueblo kuna, tras 500 años de opresión y resistencia, continúa sufriendo una situación de amenaza a su territorio, cultura e instituciones, y sigue gritando su derecho a ser pueblo con su propia identidad. A lo largo de esa historia, la Iglesia no estuvo exenta de culpa, pues fue incapaz de reconocer al pueblo como sujeto y, en alianza con los poderes del Estado, llevó a cabo una evangelización orientada, sirviéndose del cristianismo, a civilizar e integrar al kuna en la nación panameña.
El Vaticano II, Medellín y Puebla, los Encuentros de Pastoral Indígena, abren nuevos caminos hacia una nueva evangelización. En Kuna Yala formulamos así el criterio general de nuestro trabajo pastoral: “Reconocemos y asumimos que el pueblo kuna es sujeto de su historia, su religión, su cultura, su proyecto y sus procesos de liberación”. En consecuencia, nos proponemos como objetivo: “Acompañar el proceso de autodeterminación del pueblo kuna”.
San Pablo, en su primera carta a los Corintios desarrolla con verdadero entusiasmo su doctrina de la “encarnación sociológica” que late por todo el Nuevo testamento: hacerse libre con los libres, débil con los débiles, simple con los simples, no para participar de su debilidad, sino “a fin de ganar para Cristo el mayor número de personas”(cf 1 Cor 9,19s). Esta es la razón sustancial de nuestra presencia en Kuna Yala.
Entre los rasgos modélicos de la primera evangelización lascasiana de América se nos cuenta: “Otra actitud misionera de los primeros apóstoles de los indios de América fue la de hablar directamente con ellos, la de estar y sufrir con ellos y adaptarse a ellos. Al llegar a la Española, tuvieron que establecer su vida regulada de convento en un pajar, soportando las más elementales necesidades y disponiéndose de esta forma a compartir la vida de los indígenas, a los que deseaban ardientemente hacer partícipes de su fe cristiana” ( B. de las Casas. “Historia de las Indias” p. 133bs.).
En la medida en que la Iglesia se va haciendo kuna con su misterio de fe, va dando pasos desde el ser aliada a hacerse hermana, “de la misma tinaja”.
ILUMINACIÓN:
El pueblo kuna, desde su propia experiencia religiosa, se reconoce sujeto y dueño de su tierra, cultura, historia y de su proyecto futuro. Rechaza cualquier tipo de tutoría que lesione su protagonismo e identidad; pero acepta y reconoce la necesidad de aliados que colaboren para llevar adelante su proyecto. En el Baluwala (Historia de Liberación), Ibeler y sus hermanos luchan juntamente con sus aliados.
El Cacique Carlos López nos cuestionaba a los misioneros: “Hablo como dueño de esta tierra. ¿Por qué han venido a Kuna Yala? ¿Para engañarnos? ¿Para ayudarnos? ¿Para servirnos de río donde podamos descubrir nuestro rostro y amar así a nuestra Madre Tierra con más brío?”.
En la Biblia: Yavé es el Dios que se hace presente y acompaña a su pueblo, haciendo alianza con él y realizando con fidelidad su designio de salvación que corrige y purifica el proyecto del hombre.
En Jesús, Dios se revela como el “Dios con nosotros”, Enmanuel, se hace compañero y servidor para que todos tengan vida en abundancia. Es el Buen Samaritano que nos invita a hacer del amor al prójimo un instrumento eficaz de transformación histórica y liberadora.
Santo Domingo, n. 243, nos dice: “una meta de la evangelización inculturada será siempre la salvación y la liberación integral de un determinado pueblo o grupo humano que fortalezca su identidad y confíe en su futuro específico, contraponiéndose a los poderes de muerte”.
PROPUESTAS:
1. Apoyar la lucha del pueblo kuna por su autodeterminación (Demarcación, Anteproyecto de Ley, etc.).
2. Reconocer el Congreso General como autoridad máxima del pueblo kuna.
3. Asumir con seriedad la pastoral de acompañamiento al pueblo, llegando a compartir su estilo de vida, su dolor, sus luchas y esperanzas, si bien, a veces, éstas deberán ser corregidas y purificadas a fin de lograr proponer, con caridad y respeto a la libertad personal, el anuncio cristiano, el kerigma, contando con la ayuda de los propios cristianos kunas.
4. Hacer propia la perspectiva del pueblo en el análisis de la realidad, integrando en la evangelización su proyecto de vida purificándolo cuando esté en contraste con el Evangelio.
5. Lograr una presencia más estable de los misioneros y, en lo posible, una opción de por vida.
1 comentario:
Me parece muy bueno que se preocupen por una comunidad casi olvidada en las costas panameñas y que les lleven el evangelio sin quietarles su autonomía es de admirar... SIGAN ADELANTE
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