LA VOZ DE LAS CEBS
Mártires por la libertad
Queridos amigos y amigas del boletín Kuna Yargi, nuestro sincero saludo para ustedes que luchan para construir una nueva sociedad. En este año 2010, las Comunidades Eclesiales de Base de Kuna Yala queremos centrar nuestra reflexión y trabajos pastorales en el lema “Mártires de ayer y de hoy: semilla de liberación para nuestros pueblos”, teniendo en cuenta la celebración del 20 aniversario del martirio de los jesuitas en El Salvador y el 30 del de Mons. Romero, así como el martirio de tantos líderes de Abia Yala comprometidos en la causa de los pobres y de los pueblos indígenas.
Tampoco queremos dejar pasar por alto, en este año 2010, el 85 Aniversario de la Revolución Dule. Por eso en este número entrevistamos a dos líderes kunas sobre los motivos de este levantamiento armado, los resultados que se lograron en beneficio del pueblo, y su actualidad en este momento histórico, en el que las políticas del Estado atropellan sin miramiento los derechos de los pueblos indígenas de Panamá en nombre del mercado.
La experiencia del martirio en distintas realidades históricas, geográficas y políticas, refleja de fondo:
- la resistencia firme de personas y pueblos ante las imposiciones de los poderosos que desean aniquilar la vida de los pobres;
- la oposición inderrumbable de los pueblos a renunciar a sus derechos de autodeterminación y libertad, que nacen del hecho de poseer la dignidad de seres humanos, hijos e hijas del Dios Vivo;
- la fe que confiesa sin vacilación que Dios da la última palabra a las víctimas del sistema, pues los imperios del este mundo son pasajeros.
Es por ello que en este número queremos ofrecer una reflexión sobre la resistencia cultural y religiosa que en el mundo bíblico ha desembocado numerosas veces en el martirio. En el mes de octubre ofreceremos otra reflexión sobre la resistencia en el mundo indígena.
Frente al olvido que los poderosos quieren promover entre las víctimas de la violencia, unido al paso del tiempo que borra los recuerdos, los primeros cristianos, en tiempo de persecución, acostumbraban citar el Salmo 72, 14, que dice que el Señor "librará su alma de la violencia y la opresión, pues su sangre es preciosa ante sus ojos". Esa sangre se convierte en grito y en reclamo, como la sangre del justo Abel ante su Creador, clamando precisamente contra la impunidad: "Hasta cuándo, Dominador Santo y Justo, estarás sin hacer justicia y pedir cuenta por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?" (Ap 6, 10).
Manifestamos como creyentes que la sangre derramada por tantas personas, entre ellas nuestros antepasados, no fue sangre derramada en vano. Es sangre que abrió un camino de libertad y es sangre que nos compromete a seguir luchando por nuestros derechos. Dirigimos, finalmente, nuestra mirada a Jesús, el profeta y mártir de Nazaret que enseñó: “Felices los perseguidos por la causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 10). Que su palabra se mantenga viva en nuestra conciencia cristiana y se haga realidad en nuestro servicio al pueblo kuna.
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