Andrés Martínez
Argardummad del Congreso General Guna
En este espacio de la entrevista compartimos con el Señor Andrés Martínez, Argardummad del Congreso General Guna.
¿Por qué el gobierno panameño tiene puesta su mirada en las comarcas indígenas?
En las comarcas indígenas hay abundantes recursos naturales como minas, ríos… Cuando el Estado quiere explotar estos recursos, los indígenas tenemos derecho al consentimiento libre, previo e informado, según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, esos proyectos se realizan sin consulta. Por eso, se pretende borrar nuestra cultura, nuestra tradición, para “integrar” al indígena dentro de la sociedad.
La Carta Orgánica de los gnäbe-buglé reconoce el derecho de autonomía y autogestión indígena en permanente y armoniosa colaboración con los gobernantes. En el artículo 2 dice que el territorio que comprende la Comarca es propiedad colectiva; está prohibida su explotación privada bajo cualquier título; no es embargable ni enajenable por ninguna causa; toda contravención será nula, según esta ley. Además, en la ley 10 del 7 de Marzo de 1997, estos derechos están bien claros. El gobierno está violando la legislación misma y los convenios internacionales de los cuales es signatario.
¿Si llegara un proyecto de este tipo a Gunayala, es posible hablar de negociación?
Para nosotros los gunas no es posible hablar de negociación. Nuestros hermanos del Bayano tuvieron experiencias negativas con el proyecto hidroléctrico que se realizó allá. Se perdieron los cacaotales, el agua ya no es posible beberla, las condiciones de vida empeoraron y la indemnización prometida a la gente no ha llegado. Nosotros los gunas y los demás pueblos originarios de Abiayala velamos, cuidamos a nuestra Gran Madre Tierra que nos mantiene y nos da vida. Ella es sagrada para nosotros y es nuestro compromiso con ella el cuidarla y el defenderla. El Gran Baba y la Gran Nana nos dijeron que cuidáramos la naturaleza, los ríos, los mares, el aire, el sol, las minas –que son las entrañas de la Gran Madre Tierra–, igualmente los animales, los peces, etc. Para eso nos ha dado la inteligencia, la vista, la lengua, los brazos, los pies, los dedos, etc. Y nos hizo superiores a los demás seres de la creación para que transmitiésemos su mensaje a las demás generaciones. Por eso, hablar de explotaciones, de explotación de los recursos naturales de la Gran Madre Tierra, como la minería, las hidroeléctricas, nos pone en estado de alerta. Si es preciso daríamos la vida por ella. Sabemos que no siempre estaremos en la Tierra, somos transitorios; siempre habrán otros que nos remplazarán y les tocará cuidarla. Cuando dejemos este mundo y vayamos a la eternidad donde habitan Baba y Nana, iremos contentos, felices, satisfechos por el deber cumplido con la Gran Madre Nabgwana.
¿Qué medidas debemos tomar para enfrentar futuros conflictos en nuestras comarcas?
Debemos unirnos y buscar las formas para que respeten nuestros derechos como pueblos originarios de Panamá. Ya hay algunas experiencias con los hermanos gunas de Colombia; nos reunimos con ellos, hemos tenido Congresos compartidos y hemos hablado con las autoridades de Colombia para recordarles que deben proteger a nuestra gente. También podemos pedir ayuda internacional, de las organizaciones que apoyan a los pueblos indígenas. En los últimos hechos, el Congreso General Guna sacó un comunicado apoyando a los hermanos en su lucha y animándoles a resistir.
¿Qué futuro vislumbras para las comarcas?
El neoliberalismo que tenemos hoy no nos ofrece un futuro esperanzador. Los recursos naturales de nuestras comarcas son muy codiciados por las industrias. El gobierno panameño no quiere ser un país del tercer mundo y por eso se afana en abrirse al desarrollo minero e hidroeléctrico para no quedarse atrás.
En los últimos acontecimientos la mayoría de los panameños han demostrado su desaprobación en la formar de actuar del gobierno. ¿Qué opinas?
Somos ambientalistas y los wagas se han dado cuenta de la importancia de cuidar la Tierra. Los países del primer mundo han destruido su tierra y contaminado su aire. Nosotros estamos en nuestras comarcas protegiendo al medio ambiente y por eso nos hemos ganado el respaldo de la mayoría de los panameños. Sin embargo, me causa indignación cuando los políticos nos toman como bandera y se burlan de nosotros tomándonos sólo en cuenta para su campaña. Y luego, a la hora de tomar decisiones, no piensan en nosotros. En eso no estoy de acuerdo. Creo que todos los panameños, indígenas y no indígenas, debemos cuidar de los recursos que tenemos, y me alegra que nos apoyen, como habitantes originarios que somos de este país. Así lo hicieron nuestros antepasados, en la lucha de 1925.
Unas palabras para las autoridades y el pueblo gnäbe-buglé.
Bueno, animarles a seguir adelante en su causa. Y que sepan que como pueblo guna les apoyamos hasta en la lucha si es necesario. Manténganse unidos; sólo así podrán realizar sus aspiraciones; nada de divisiones entre hermanos. La lucha de ustedes es igual a nuestra lucha, porque tenemos las mismas creencias. A través de los años hemos sido atropellados, marginados; han querido eliminar nuestra cultura, nuestra identidad, e “integrarnos”. Somos una gran nación con identidad propia, debemos preservarla y luchar por ella. Sepan que Gunayala está con ustedes.
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