jueves, 1 de marzo de 2012

GUNAYARGI 10

LA VOZ DE LAS CEBs:
SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO GNÄBE-BUGLÉ

Saludos, queridos hermanos, hijos e hijas de esta Abiayala que sigue derramando sangre. Nuestro boletín pretende ser un estímulo para ustedes que desean vivir en una tierra sin males y en paz.

Estamos en lucha. En el mes de Febrero nuestros hermanos gnäbe-buglé se tomaron la autopista interamericana para hacer oír su voz y defender su tierra. De forma pacífica querían presionar al gobierno para que cumpliera sus compromisos con los indígenas. Sentimos indignación ante los hechos ocurridos. La violencia empleada por las autoridades no se compara a las piedras y los palos que servían de defensa a nuestros hermanos. Ninguna vida humana se equipara al valor de una mina, o de una hidroeléctrica.  La vida humana no tiene precio.

El ejemplo del pueblo gnäbe-buglé nos recuerda nuestra lucha revolucionaria de 1925, cuando nuestros abuelos y abuelas padecieron los abusos de la policía panameña, que pretendía cambiar nuestras costumbres. Lo ocurrido nos recuerda también el heroísmo de nuestros antepasados que lo arriesgaron todo para defender sus raíces.

Ante estos hechos no podemos dar un paso atrás y debemos levantar nuestra voz en solidaridad. Así nos lo dicen el Babigala y el Evangelio de Jesús. La vida de la Tierra está en nuestras manos. No podemos quedarnos callados ante la destrucción del medio ambiente y el maltrato que reciben nuestros hermanos.  Dios está de nuestra parte.

Defender la Tierra es nuestra principal misión. Baba y Nana nos enviaron para proteger, hacer productiva y embellecer a la Madre Tierra. Por eso debemos buscar que todo esté en armonía con ella, cuidándola de los males que la asechan. Nuestra vida y nuestro porvenir dependen de ella. Somos hijos de Nabgwana.

Por eso, debemos despertar y tomar conciencia de nuestro papel como pueblo indígena de Panamá. Unidos lograremos mejorar la vida de nuestras comunidades y de nuestros hijos.



GWENADGAN GNÄBE-BUGLÉBA ANMAR GORMAGMOGA

Nueganbi, gwenadgan, we Abiayala anba emi ibagine ablis eonanaidi e mimmigan. We sabga gine anmar wis burba ogannobie bemarga, nabir we Nabgwana gine anmar garmardi guega, bonigan suli, neg bogwadgi.

Anmar anba gariddonai. We arinii gine anmar gwenadgana gnäbe-buglé na igardummad edismala, e gayaburba iddomalaga, na yar bendaggega, igar nuedgine Panamá dummagan ebogwa na e igar amiega dule bendaggedsiggid nabir oyolegega. Emide Panamá dummagan gangued oyosad gine, anmar nued dagbugsuli, gege yobgue aggwamala, suwarmala gwenadgan ebusab na san bendaggega. Or aggwilenaid, geb diwar oissolenaid gwallusagla ogwissega, gege biriginedga gue dulemar sanburbaba. Degsoggu, anmar burba mani gine gege uglege.

Emi iba gine, gwenadgan gnäbe-buglé na yar bina urwenanaid, anmar ebinsanamoga babgan bila onosad 1925 gine, deunni anmar dadgana, anmar muugana odurdaglenai gusa, Panamá naggarsissigan anmar daed osulogega, emar abegedba anmar garmagdii guega. Degsoggu, ibmar gusadi anmar aagine ebinsabali, babgan gangued oyosad; emi daggargu dadgana na gangued oyosmaladi, anmar burba bendaggega.

Degsoggu, we ibmar gunaid abin, anmar geg siggirmagmoga, anmar oyomogargebe gwenadganba, anmar gormagmogargebe. Deyobi anmargala Gayaburba Babigargine maid, Evangelio gine mabali. Anmar Nabgwana anmar argangi na seedi. Degidgine, anmar gege boo anbaggue we bonigan negdainaid abin, anmar gwenadgana abbor salenaid abin. Babdi anmarba gwissi.

Nabgwana bina urwed, we anmar igar sunsogedi. Baba, Nana anmar urbisa we Nabgwana bendaggega, onasgguega, nabir Nandummad naid daglegega. Aaga anmar igar amiergebe nabir Nanbo yeeriddodii guega, e bonigan bendaggega. Anmar aa nuggisii. Anmar Nabgwana e mimmigan guedgi.

Aagala, anmar Panamá dulegued gine addaggerbe. Degsoggu, na bulaggwagwa, addoagwale, sunna an mimmigangala neg nudaggoe.

NOTICIAS DE PANAMÁ, ACONTECER INDÍGENA






EL BRILLO DEL COBRE ENCEGUECE AL GOBIERNO
Por Marco A. Gandásegui, hijo.
marcoagandasegui12.blogspot.com
16 de Febrero de 2012.

Por tercer año consecutivo, el gobierno del presidente Ricardo Martinelli reprimió al pueblo ngäbe-buglé en su propia Comarca, situada en el extremo occidente de Panamá. En 2010 cobró 2 vidas de obreros en las bananeras de Changuinola, Bocas del Toro. El fin de semana pasado el gobierno asesinó en San Félix al trabajador ngäbe, Jerónimo Rodríguez, hirió a 50 manifestantes y detuvo a cerca de 100 manifestantes.

El país fue sacudido, desde el 31 de Enero, por una insurrección generalizada de los ngäbe, que protestaban contra un proyecto de ley en la Asamblea, que permitiría la explotación minera e hidráulica en la Comarca. El rechazo de los desmanes del presidente y su equipo de gobierno se extendieron a casi todas las provincias del país. Los negocios han sufrido fuertes pérdidas y la imagen del país se ha deteriorado en el exterior. Las capas medias se sienten inseguras y hay incertidumbre. El pueblo – el 80 por ciento de la población – sospecha que si hoy son los ngäbe, mañana las víctimas de la represión pueden ser sus propios hijos.

El acuerdo de San Lorenzo entre el gobierno y la dirigencia de la Coordinadora Ngäbe-Buglé, alcanzado el 7 de Febrero con la mediación de la Iglesia Católica, puso fin a las protestas que sacudieron al país durante casi 10 días. Sin embargo, no eliminaron y tampoco mitigaron las causas del conflicto. Rogelio Montezuma, fiscal de la Coordinadora de los Pueblos Indígenas, denunció que hay más de 200 desaparecidos. Sus familiares dicen que la lucha ngäbe no ha terminado. “Ahora es que comienza” y seguirán vigilantes de que se cumpla lo acordado.

La insurrección ngäbe buglé tiene una explicación muy obvia y transparente. En cambio, la agresividad tipo criminal del gobierno es menos obvia y con motivos que no son tan fáciles de identificar.

Los gnäbes han planteado desde hace varias décadas que no quieren que se desarrollen explotaciones mineras en el área, que en 1997 fue declarada una Comarca con sus leyes y reglamentos propios. En Febrero de 2011, ante una ofensiva gubernamental, los ngäbe lograron arrancarle al gobierno un compromiso de que enviaría a la Asamblea una ley prohibiendo la explotación minera. Renegando su palabra, un año después, el presidente Martinelli hizo que la Asamblea de Diputados aprobara en primer debate un proyecto de ley que le abriera las puertas a la explotación minera en la Comarca.

¿Por qué el presidente Martinelli está obstinado en reprimir al pueblo ngäbe-buglé?

Es una cuestión de negocios. El gobierno nacional no tiene proyecto nacional o interés por impulsar un programa de desarrollo para el país. En las entrañas de la Comarca Ngäbe-Buglé está el yacimiento Cerro Colorado, que contiene la reserva de mineral cuprífero más grande de América Latina.

La mina que podría producir más de 25 mil millones de dólares en un período de 70 años es propiedad de la Corporación de Desarrollo Minero Cerro Colorado (CODEMIN), empresa del Estado panameño. La misma está autorizada por ley para hacer concesiones a empresas privadas para explotar su riqueza mineral. Cuando la CODEMIN fue creada en la década de 1970, – el general Omar Torrijos era jefe de gobierno –, se pensó que serviría para contribuir al desarrollo del país. En aquella época, el gobierno militar se asoció con tres multinacionales –Texasgulf, Canadian Javelin y Rio Tinto-Zinc – antes de abandonar el proyecto, cuando los precios en el mercado mundial se desplomaron.

En la actualidad, el precio del cobre fluctúa entre los 5 y 8 mil dólares la tonelada. Con ese precio, la inversión en Cerro Colorado se recuperaría rápidamente. Los planes para explotar Cerro Colorado pasan por una concesión internacional con la participación de la trasnacional canadiense, Inmet Mining Corporation, el gobierno coreano y capitalistas nacionales.

La desesperación del presidente Martinelli y su equipo de gobierno para culminar con éxito el negocio, ha creado en el país una situación que limita con el caos. Su ministro de Seguridad Pública ha acabado con todos los resguardos de la Constitución Política. Interrumpió la comunicación inalámbrica en el área sin orden judicial.  Allanó viviendas y detuvo a panameños que protestaban llevándolos a la ciudad de Panamá. El ministro de Seguridad admitió que los agentes de Policía portaban armas de fuego en los operativos contra los ngäbe.

Según informes de los medios de comunicación, la Policía Nacional violó el derecho a la asistencia sanitaria, a la asistencia legal de los detenidos, el debido proceso al no poner a disposición de las autoridades judiciales a los detenidos en el plazo estipulado por ley y violó los principios básicos de protección de los menores de edad y limitó la libertad de prensa.

A pesar de los engaños y los diálogos frustrados, el pueblo ngäbe-buglé se ha mantenido firme en su posición de no permitir que las empresas cupríferas extranjeras, en combinación con los rentistas panameños, destruyan sus comunidades. El plan de las multinacionales es explotar Cerro Colorado utilizando tecnologías de cielo abierto, mucho más económicas, pero también insostenibles. La población ngäbe tendría que abandonar sus tierras y migrar hacia las ciudades.

Aún no es claro quienes serían los socios panameños de los canadienses y del gobierno coreano en la empresa cuprífera de Cerro Colorado. Se supone que el presidente Martinelli estaría a la cabeza del grupo empresarial local. En la actualidad, la Inmet canadiense y el gobierno coreano están a punto de iniciar la extracción de cobre en la mina de Petaquilla, en el distrito de Donoso, provincia de Colón.

Según el economista panameño, William Hughes, “aún cuando el gobierno del presidente Martinelli dice no estar interesado en explotar Cerro Colorado, la empresa canadiense Corriente Resources hace trabajos en el sitio con conocimiento del gobierno”. Todo indica que los empleados de la minera canadiense en la Comarca Ngäbe-Buglé realizan su labor en forma ilegal. Sin embargo, son ignorados por las autoridades. Hughes agrega que “Corriente Resources fue adquirida por empresas estatales chinas, la Tongling Nonferrous Metals Group Holdings Co. Ltd. y la China Railway Construction Corp. Ltd.”

Otra fuente de conflicto son las empresas que tienen proyectos de generación de energía hidráulica en la Comarca Ngäbe-Buglé. Familiares de altos funcionarios del gobierno tienen intereses en estas empresas. Las represas que se construyen en la actualidad y las otras que aún están en la etapa de diseño, exportarán energía por la red mesoamericana hacia el mercado de EEUU.



LACUNZA CUENTA LO QUE PASÓ
Por Marta Alvarado Fonger
Fuente: www.prensa.com
6 de Febrero de 2012

Su rostro reflejaba el agotamiento. Días de mediación y pocas horas de sueño no fueron suficientes para evitar el enfrentamiento entre indígenas y la policía. José Luis Lacunza, obispo de la diócesis de David, conserva la esperanza de que las partes en conflicto se puedan sentar a dialogar. En entrevista con este diario cuenta por qué y cómo fracasó el último intento de diálogo.

Esta historia –dice– tiene su génesis en el incumplimiento de lo acordado hace un año, cuando le tocó mediar para que gobierno e indígenas llegaran a un consenso. “Lamentablemente el manejo de cómo se iba a trabajar fue muy lento, hasta finales de este año no se llegó a concretar ese trabajo de elaborar la ley”, señala.

Recuerda cómo a pesar de las negociaciones en la Comisión de Comercio de la Asamblea Nacional, ambas partes no se pusieron de acuerdo y se presentó la ley sin el artículo quinto en el que los indígenas pedían que se cancelaran los proyectos hidroeléctricos en la comarca y áreas anexas.

Ante la molestia de los indígenas y el cierre de calles que se inició primero parcialmente y luego de manera total, el día martes, Lacunza empieza nuevamente su labor de mediación.

El jueves 2 de Febrero, en conjunto con representantes de la Cámara de Comercio de Chiriquí (Camchi), la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE) de Chiriquí y la gobernadora de la provincia, Aixa Santamaría, recibió a la comisión enviada por el gobierno, formada por los ministros José Ricardo Fábrega y Ricardo Quijano, y los diputados Raúl Hernández y Fernando Carrillo. “La idea era ver si había algún acercamiento con los miembros de la Coordinadora Indígena. Estuvieron aquí hasta las 4:00 de la tarde, estuvimos tratando de contactar a los miembros de la Coordinadora en San Félix. Se hicieron algunos contactos, pero allí el problema fue dónde reunirnos y, en ese tira y jala, no hubo encuentro”.

Pero ese mismo día en la noche Lacunza recibió la llamada de la ministra Lucy Molinar. “Me dijo que esto no podía ser, que tenía que haber alguna manera de negociar y que si yo podía facilitarle el acceso a los miembros de la Coordinadora. Le dije que con gusto y le pregunté si eso era iniciativa suya y me dijo ‘No, yo estoy aquí delante del Presidente’”. Ante esto, contactó a los líderes de la Coordinadora y se pusieron de acuerdo para reunirse con una comisión del gobierno, el sábado 4 de Febrero, en San Lorenzo.

Ese día, muy temprano, partió hacia San Lorenzo. Al pasar por Chorcha se dio cuenta de que no tenía señal de celular. Se regresó y se comunicó nuevamente con la ministra Molinar. “Le dije: ‘voy a entrar a una zona donde no hay comunicación celular’. Y le pregunté ‘¿esto sigue en pie, vienen?’. Me dijo: ‘yo estoy coordinando quiénes van a viajar’”. Seguro de que el gobierno enviaría una comisión, Lacunza partió hacia San Lorenzo. Luego de una larga espera y mediante un teléfono fijo se comunicó nuevamente con la ministra. Ella le reiteró que alguien vendría. Pero pasadas las 2:00 de la tarde finalmente les informó que nadie iría. ¿Qué pasó? Esa pregunta aún no se la puede responder el obispo.

Pese a todo esto, Lacunza no se rindió e intentó contactar al ministro Salomón Shamah a las 9:00 pm del sábado, y a través de un intermediario logró conversar con él. Le ofreció mediar, y ante la aceptación de Shamah, Lacunza se puso nuevamente en contacto con la cacica Silvia Carrera y con el dirigente Rogelio Montezuma para intentar mediar.

Cuenta que lo primero que pidieron los indígenas fue restablecer las comunicaciones vía celular. El gobierno respondió que eso no era tan fácil: “Me dijeron que eso no era tan sencillo como apretar un botón y que tomaba tiempo; que tenían que hacer una gestión con las telefónicas y que eso podía tardar horas”.

Pese a esta negativa, los indígenas aceptaron seguir negociando.

Entonces el gobierno pidió que se abriera la vía de inmediato. Lacunza intervino: “Les dijimos que si habíamos esperado días, por qué no podían ahora esperar unas horas más”. Luego de muchas conversaciones llegaron a un acuerdo: “Quedamos entonces en que los indígenas abrían la vía a las 6:00 de la mañana del domingo y a las 7:00 nos reuníamos en San Lorenzo”.

Con este compromiso, Lacunza se acostó a dormir a la 1:00 am de ayer domingo. Muy temprano se despertó, dispuesto a viajar nuevamente a San Lorenzo para mediar en la cita, pero para su sorpresa se encontró en el celular un mensaje del párroco de San Félix, Adonaí Cortés. “Me decía que cuando la dirigencia indígena fue con la propuesta del acuerdo a las bases al cruce de San Félix, las bases habían dicho que no aceptaban porque ese era el único medio que tenían para hacer presión; que ya en otras ocasiones habían cedido y no les habían cumplido los acuerdos”. Lleno de pesar, a las 5:30 am le comunicó el mensaje a Shamah. “Allí supe que venía lo peor”.

¿Qué llamado le hace a ambas partes?

Lo que le he dicho desde el principio: diálogo sí, intransigencia no. Hay que volver a buscar las vías de sentarse, a pesar de que haya habido lo que haya habido. Eso no puede marcar el fin del diálogo porque no vamos a encontrar solución si no es sentándonos a conversar.

¿Hubo intransigencia de alguna de las partes?

De las dos partes. Cuando damos cabida a la desconfianza y la intransigencia, lo que gana es la fuerza, y cuando gana y se impone la fuerza, fracasa la razón, y cuando fracasa la razón, fracasa el ser humano. No podemos, como seres humanos, renunciar al diálogo porque allí estamos perdidos, cuando no funciona la razón, funciona la fuerza, y la fuerza siempre tiene consecuencias lamentables para todos. No nos vale decir quién tuvo la culpa. Hay muertos y los muertos están allí y nadie los va a devolver.

Hoy el ministro dijo que algunos sacerdotes estaban en contubernio con los indígenas. ¿Qué piensa al respecto?

No oí las declaraciones. Pero sí tengo que decir que el padre Adonaí, el Padre Carlos (de la Cruz), el Padre José Fitzgerald, el Padre Eusebio Pedrol y las Hermanas de la Misericordia de Soloy no han estado, como decía el ministro, 'carboneando' el asunto, sino todo lo contrario 'aguando' el asunto, echándole agua. Si en la Comarca no han pasado más de cuatro cosas es porque ellos están allí metidos con la gente, pero ellos no son los que mandan en la decisión de los indígenas. Ellos están acompañando y viendo cómo se maneja de la mejor manera posible, pero no son los que 'carbonean'.

¿Cómo se soluciona este conflicto?

Si hubiera buena voluntad se debe buscar un espacio para sentarnos. Pasemos la página no para olvidarla, vamos a sentarnos y a ver qué necesitamos para resolver no sólo este conflicto, sino una situación que es muy vieja. Creo que lo que se ha hecho es reabrir una herida que el pueblo indígena lleva hace mucho tiempo: la herida de la incomprensión, la herida del abandono, la herida de la frustración, la herida del olvido, la herida de la marginación, eso les sale por los poros y eso es verdad. En 1997 nos quedamos tranquilos porque les dimos la Comarca y ¿qué hemos hecho con eso? Encerrarlos allí para que se nos mueran de hambre. No hay un plan de desarrollo integral de la Comarca. Ese era uno de los puntos que el año pasado se acordó; que cada ministro iba a presentar un plan para el desarrollo de la Comarca. Promesas y promesas que se hacen.

¿Esas promesas incumplidas llevaron a esto?

Claro. Se van acumulando muchas cosas y llega el momento en que lamentablemente explotan. Entiendo que el gobierno tiene que salvaguardar el derecho de terceros y que tenían presiones internacionales. Pero, ¿qué vale más, la presión internacional o la vida de un panameño? Debemos recuperar el espacio de conversación y hacer las cosas racionalmente.

SON MI SANGRE

Por el P. Jorge Sarsaneda, SJ.

Un sacerdote que trabaja en la Comarca Ngäbe-Buglé me contó que el lunes 6 se encontró una señora de unos sesenta años, que llevaba bastón, con su nieto de ocho al lado. Bajaba de una comunidad.

-“¿A dónde va, abuela?”
-“Al pueblo, mataron a un hermano mío”, contestó.
-“¿Hermano? ¿Quién?
-“El muchacho Jerónimo, el que mataron, es mi sangre también”

Eso es lo que no ha entendido el gobierno. Los ngäbe hablan lenguaje claro, tienen dignidad, tienen identidad, luchan por la vida. El gobierno dice muchas mentiras, tiene intereses económicos y políticos ocultos, reprime, lucha por dinero. ¿Cómo se van a entender?

Se llegó a un ‘acuerdo-tregua’ el martes 7. Y nuevamente, dos versiones: “Es lo mismo que el año pasado”, dice el gobierno. “Esperamos que no mientan ahora”, dicen los ngäbe. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Qué fortaleza tiene el 'acuerdo-tregua'?

1° Si los diputados y el gobierno hubieran escuchado y dialogado sinceramente, con los indígenas, no se habría llegado al cierre de calles y sus consecuencias. ¿Quién es el intransigente?

2° El gobierno no cumplió el espíritu del acuerdo de San Félix (Febrero, 2011) porque la hidroeléctrica del Tabasará siguió, con represión incluida y toda la desinformación posible; las concesiones de los Cerros Chorcha, Colorado, Tólica y Pelado siguen y pueden ser explotadas, según aceptó el ministro represor. ¿Quién es el que no quiere dialogar?

3° La rabia acumulada durante siglos ha salido a flote una vez más. La respuesta del gobierno fue la ignorancia, la desinformación (que si sabotaje, que si rehenes, que si ya cumplimos todo, que si quieren adueñarse del país…), el racismo, la represión, la muerte.

4° Los únicos grupos que, en la zona, acompañan a los ngäbe (iglesia católica, iglesias evangélicas, ambientalistas) fueron acusados de “carbonear”, cuando lo que estaban haciendo era ayudar, apoyar, acompañar, recoger heridos, dar de comer al hambriento, en una palabra, seguir el Evangelio.

5° El gobierno dice que las hidroeléctricas no van a afectar y que sería una catástrofe no desarrollarlas. Los ngäbe tienen delante las pésimas experiencias de las represas de Bayano y Valle Riscó. Tienen delante las amenazas de las represas de Bonyik, Tabasará, Cobre, etc. ¿Cómo confiar?

6° La tierra y el agua, se ha dicho hasta la saciedad, son fuente de vida, son lugares sagrados, no son mercancía. Este lenguaje no lo entiende el gobierno. ¿Podemos entendernos? No se trata simplemente de “deponer intereses de ambos lados”. La lucha por la vida no se puede poner a un lado.

7° Lo de la Asamblea se podría terminar en cinco minutos, si se aprueba lo siguiente: “Se prohíbe toda concesión actual y futura para explotar minas de metales en la Comarca Ngäbe-Buglé” y “Se prohíbe la construcción de hidroeléctricas en la Comarca Ngäbe-Buglé”. Lo demás, corre a cuenta de la Ley 10 y el Decreto 194 que reglamentan la Comarca.

¿Qué quieren los ngäbe? No quieren todo el país para ellos, como han dicho irresponsablemente algunos ministros y funcionarios.

Quieren respeto a su cultura, a su tierra, a sus recursos. Quieren tener un desarrollo integral, es decir, salir de la insultante extrema pobreza en que viven, tener soberanía alimentaria, usar los recursos en beneficio de las comunidades, tener una verdadera educación intercultural. Quieren que se erradique, de una vez por todas, el racismo rampante que hay en muchos estratos sociales…

¿Se va a lograr algo en la Asamblea? Perdonen, pero no le creo al gobierno y tampoco a los diputados. Perdonen mi pesimismo. Mi fe me invita a ser optimista, pero la realidad nos indica otras cosas. Ojalá me equivoque… por el bien del país.

ENTREVISTA CON NUESTROS AMIGOS-AS


Andrés Martínez
Argardummad del Congreso General Guna

En este espacio de la entrevista compartimos con el Señor Andrés Martínez, Argardummad del Congreso General Guna.

¿Por qué el gobierno panameño tiene puesta su mirada en las comarcas indígenas?

En las comarcas indígenas hay abundantes recursos naturales como minas, ríos… Cuando el Estado quiere explotar estos recursos, los indígenas tenemos derecho al consentimiento libre, previo e informado, según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, esos proyectos se realizan sin consulta. Por eso, se pretende borrar nuestra cultura, nuestra tradición, para “integrar” al indígena dentro de la sociedad.

La Carta Orgánica de los gnäbe-buglé reconoce el derecho de autonomía y autogestión indígena en permanente y armoniosa colaboración con los gobernantes. En el artículo 2 dice que el territorio que comprende la Comarca es propiedad colectiva; está prohibida su explotación privada bajo cualquier título; no es embargable ni enajenable por ninguna causa; toda contravención será nula, según esta ley. Además, en la ley 10 del 7 de Marzo de 1997, estos derechos están bien claros. El gobierno está violando la legislación misma y los convenios internacionales de los cuales es signatario.

¿Si llegara un proyecto de este tipo a Gunayala, es posible hablar de negociación?

Para nosotros los gunas no es posible hablar de negociación. Nuestros hermanos del Bayano tuvieron experiencias negativas con el proyecto hidroléctrico que se realizó allá. Se perdieron los cacaotales, el agua ya no es posible beberla, las condiciones de vida empeoraron y la indemnización prometida a la gente no ha llegado. Nosotros los gunas y los demás pueblos originarios de Abiayala velamos, cuidamos a nuestra Gran Madre Tierra que nos mantiene y nos da vida. Ella es sagrada para nosotros y es nuestro compromiso con ella el cuidarla y el defenderla. El Gran Baba y la Gran Nana nos dijeron que cuidáramos la naturaleza, los ríos, los mares, el aire, el sol, las minas –que son las entrañas de la Gran Madre Tierra–, igualmente los animales, los peces, etc. Para eso nos ha dado la inteligencia, la vista, la lengua, los brazos, los pies, los dedos, etc. Y nos hizo superiores a los demás seres de la creación para que transmitiésemos su mensaje a las demás generaciones. Por eso, hablar de explotaciones, de explotación de los recursos naturales de la Gran Madre Tierra, como la minería, las hidroeléctricas, nos pone en estado de alerta. Si es preciso daríamos la vida por ella. Sabemos que no siempre estaremos en la Tierra, somos transitorios; siempre habrán otros que nos remplazarán y les tocará cuidarla.  Cuando dejemos este mundo y vayamos a la eternidad donde habitan Baba y Nana, iremos contentos, felices, satisfechos por el deber cumplido con la Gran Madre Nabgwana.

¿Qué medidas debemos tomar para enfrentar futuros conflictos en nuestras comarcas?

Debemos unirnos y buscar las formas para que respeten nuestros derechos como pueblos originarios de Panamá. Ya hay algunas experiencias con los hermanos gunas de Colombia; nos reunimos con ellos, hemos tenido Congresos compartidos y hemos hablado con las autoridades de Colombia para recordarles que deben proteger a nuestra gente. También podemos pedir ayuda internacional, de las organizaciones que apoyan a los pueblos indígenas. En los últimos hechos, el Congreso General Guna sacó un comunicado apoyando a los hermanos en su lucha y animándoles a resistir.

¿Qué futuro vislumbras para las comarcas?

El neoliberalismo que tenemos hoy no nos ofrece un futuro esperanzador. Los recursos naturales de nuestras comarcas son muy codiciados por las industrias. El gobierno panameño no quiere ser un país del tercer mundo y por eso se afana en abrirse al desarrollo minero e hidroeléctrico para no quedarse atrás.

En los últimos acontecimientos la mayoría de los panameños han demostrado su desaprobación en la formar de actuar del gobierno. ¿Qué opinas?

Somos ambientalistas y los wagas se han dado cuenta de la importancia de cuidar la Tierra. Los países del primer mundo han destruido su tierra y contaminado su aire. Nosotros estamos en nuestras comarcas protegiendo al medio ambiente y por eso nos hemos ganado el respaldo de la mayoría de los panameños. Sin embargo, me causa indignación cuando los políticos nos toman como bandera y se burlan de nosotros tomándonos sólo en cuenta para su campaña. Y luego, a la hora de tomar decisiones, no piensan en nosotros. En eso no estoy de acuerdo. Creo que todos los panameños, indígenas y no indígenas, debemos cuidar de los recursos que tenemos, y me alegra que nos apoyen, como habitantes originarios que somos de este país. Así lo hicieron nuestros antepasados, en la lucha de 1925.

Unas palabras para las autoridades y el pueblo gnäbe-buglé.

Bueno, animarles a seguir adelante en su causa. Y que sepan que como pueblo guna les apoyamos hasta en la lucha si es necesario. Manténganse unidos; sólo así podrán realizar sus aspiraciones; nada de divisiones entre hermanos. La lucha de ustedes es igual a nuestra lucha, porque tenemos las mismas creencias. A través de los años hemos sido atropellados, marginados; han querido eliminar nuestra cultura, nuestra identidad, e “integrarnos”. Somos una gran nación con identidad propia, debemos preservarla y luchar por ella.  Sepan que Gunayala está con ustedes.

BUNUR, EL VIAJERO DEL UNIVERSO

Por Nibar Fidencio Alvarado.

Bunur es un niño intrépido, inteligente y curioso. Vivía en el campo, lejos de las luces que ciegan los titilantes destellos de las estrellas.  Todas las tardes, cuando apenas el sol despedía sus últimos rayos, solía caminar por el bosque para mirar los planetas del sistema solar y dibujar en un papel todo lo que él veía del universo.  Hablaba con las plantas y decía: “Sé que cuando uno muere viaja a través del universo hasta llegar a la casa de nuestro gran Padre y de nuestra gran Madre, lo sé porque eso me lo contaron mis abuelos. Por eso, cuando yo muera quiero que  me lleven de planeta en planeta para ser el viajero del tiempo y del espacio”. Mientras hablaba, recordaba lo que su mamá le decía: “No se demore mucho en el campo, la noche se vuelve oscura y muchos animales salen en busca de alimentos y te pueden atacar”. Se concentraba oyendo el sonido de la noche y trataba de identificar cada sonido que escuchaba. De pronto, oyó un ruido extraño que nunca antes había oído. Subió al árbol de mango para observar de donde procedía el ruido. Una luz tenue, entre verde y azul, apuntaba un punto fijo donde estaba aterrizando la pequeña nave en forma de un ave de grandes proporciones. La noche estaba clara y todos los sonidos que se escuchaban habían quedado en silencio, dándole bienvenida a unos personajes extraños. Por un momento, Bunur sintió mucho miedo y ganas de correr, pero decidió quedarse a observar lo que iban a hacer los seres recién llegados.

Decidido, pensó que sería mejor entablar amistad con los extraños, pues en su inocencia pensaba no había nada que temer. Se dispuso a dialogar con ellos y preguntarles de donde venían. Lentamente,  fue acercándose a la nave y se paró frente a los recién llegados: “Yo soy Bunur”, les dijo, extendiendo su mano. “¿Quiénes son ustedes?”, preguntó. “Nosotras somos las protectoras del universo; hemos venido a la Tierra para ver cómo los terrícolas cuidan a su nave madre mientras viajan por el espacio. Nos mandaron el Gran Señor y la Gran Señora de todo lo creado. Ellos están muy preocupados por lo que sucede con la Tierra”.

Bunur y las visitantes se habían sentado encima del tronco de un árbol caído. Él escuchaba atentamente lo que las jóvenes extrañas le decían. Preguntó: ¿y qué han observado? “Hemos observado que el hombre y la mujer ya no quieren a su Madre Tierra; la pisotean a cada rato, le tiran muchos desperdicios que los están matando a ustedes poco a poco. Es doloroso ver cómo los ríos se están secando; muy pronto ya no tendrán agua en la Tierra. Los animales nos han comentado que ya no tienen lugar donde vivir y que la comida escasea; afirman que sus hermanos ya no los respetan, y que, por eso, muchos han desaparecido de la Tierra. Los cerros nos han dicho que ya no soportan el calor del abuelo sol porque a los hermanos árboles, que les cuidaban, los están talando. A Bunur, al escuchar el relato de las visitantes, se le aguaron los ojos de tristeza y dijo: “Hermanas, llévenme de planeta en planeta, pues quiero estar lejos cuando mi Madre muera”. “Te llevaremos, pero no puedes quedarte en esos planetas, porque son diferentes a tu ambiente. Además, ustedes los de la nueva generación son la esperanza de mis Señores”. Entonces, las recién llegadas se identificaron: “Nosotras somos “nisburdorgan”, hijas de las estrellas. Hace muchísimo tiempo estuvimos en la Tierra por que iban a sacrificar a un bebe que Baba y Nana habían enviado para ayudar a liberar a la Madre Tierra de sus enemigos. En aquel tiempo nuestra Nabgwana (Madre Tierra) sufría porque sus hijos padecían de muchas calamidades. Hoy vemos que la situación sigue igual. Siguen matando a sus hijos en nombre del desarrollo, la modernidad y el progreso. El ser humano ha olvidado que “progreso” significa cuidar del medio ambiente, es decir, cuidar de la Tierra, la Madre Tierra. Si no la cuidamos no hay desarrollo, ni progreso, ni vida para todos”.

De pronto, Bunur sintió que se elevaba y se apartaba del bosque. Ante sus ojos aparecieron guerras, deforestaciones, quemas indiscriminadas, minas, inundaciones por hidroeléctricas, catástrofes y todo lo que al hombre y a la mujer no los hace vivir bien, como hijos de Baba y de Nana. Luego sintió que se alejaba de la Tierra y miraba como ésta se hacía un puntito cada vez más pequeño, conforme se alejaba. “Éstos son los planetas que cuidan a su hermana, la Tierra”, dijeron las jóvenes. “Cada cual viaja en su órbita, por eso hay equilibrio y respeto a lo que hace cada uno. Si el humano destruye su nave, llevará la destrucción también a esos planetas, porque el equilibrio se romperá. El hombre y la mujer morirán. A Bunur le brotaron las lágrimas de sus ojos y dijo entre sollozos: “Qué puedo hacer para salvar a nuestro planeta de la maldad del ser humano. Las jóvenes le dijeron a una sola voz: “Amar a su Madre Tierra y todo lo que en ella vive. Para ello, debemos pensar que la Tierra es nuestra amiga y no nuestra enemiga; debemos trabajar para que la Tierra vuelva a tener voz y sepamos comprender su mensaje…”

¡Bunur!, ¡Bunur!, ¿Dónde estás?, -se oyó una voz en la oscuridad-. Bunur estaba acostado en medio de la hierba, y en uno de sus manos tenía un papel en el que había dibujos de plantas, estrellas y animales.

VOCES DE ABIAYALA

DEFORESTACIÓN SE AGRAVA: CRISIS, ESPECULACIÓN, POBREZA Y CLIMA
Fuente: Informe de Social Watch 2012
www.ecoportal.net
15 de Febrero de 2012

La crisis económica mundial, la especulación en el mercado de productos básicos y de tierras de cultivo, la agudización de la pobreza y el cambio climático se constituyeron en nuevos factores de deforestación, al agravar causas históricas del fenómeno como el avance de las fronteras agrícolas, la tala para la producción de madera y el uso de leña como fuente de energía, como se constata en el Informe de Social Watch 2012.

Por otra parte, el encarecimiento de la energía elevó el consumo de leña y carbón vegetal en los sectores más pobres de la población, lo que añadió una presión adicional sobre los bosques.

Al mismo tiempo, en un círculo vicioso, la desaparición de bosques reduce la absorción de dióxido de carbono emitida a la atmósfera por la actividad humana, lo cual impide mitigar el cambio climático. El fenómeno empeora por la falta de leyes de protección de áreas ecológicamente sensibles o por su falta de aplicación en aquellos países donde han sido aprobadas.

La dependencia de la Unión Europea de la importación de alimento para su ganado elevó “la demanda de tierras en el extranjero”, lo que ha causado deforestación, entre otros perjuicios ambientales y sociales, advirtieron Mirjam van Reisen, Simon Stocker y Georgina Carr en el capítulo del Informe de Social Watch dedicado al movimiento europeo de los “indignados”.

“La rápida propagación de modelos de producción y consumo no sustentables” determina “el rápido agotamiento de los recursos naturales”, así como calentamiento global, eventos climáticos extremos más frecuentes, desertificación y deforestación, según una declaración preliminar del Grupo de Reflexión de la Sociedad Civil sobre Perspectivas de Desarrollo Global, incluida en el Informe de Social Watch con el título “Río+20 y más allá: Sin justicia no hay futuro”.

El informe de la coalición de Social Watch en Finlandia sintetiza cómo el Norte industrial alienta la deforestación. “Empresas finlandesas importantes que aducen ser líderes mundiales en sustentabilidad y han establecido monocultivos a gran escala en el Sur contribuyen al desplazamiento de comunidades y la apropiación de tierras a gran escala”, explicaron sus autores.

La demanda de aceite de palma por parte de Nestle Oil, empresa de mayoría estatal que pretende ser líder mundial en la producción de biocombustibles, determina “la conversión de tierras y la deforestación en selvas húmedas y de turbera”, principalmente en Indonesia y Malasia, que según expertos “contienen las reservas de carbono más concentradas del mundo”, indica el aporte finlandés. “La superficie total plantada necesaria para abastecer sus refinerías se calcula en 700.000 hectáreas”, agrega.

En contrapartida, “la destrucción de la principal fuente de subsistencia de pueblos indígenas también redunda en la pérdida de sus formas de vida tradicionales. Cuando el bosque desaparece, también desaparece su cultura”, resume el aporte nacional de Malasia al Informe de Social Watch 2012.

El modelo de extracción

Uno de los casos más graves es, precisamente, el de Malasia, donde “la vertiginosa pérdida de selva tropical en el siglo XX se vincula claramente con los modelos de extracción” por los que se despejaron “grandes áreas” para producir caucho y palma de aceite y se talaron millones de árboles para cubrir la demanda nacional e internacional de madera.

“En 1985, el sector forestal aportó más de 15% de los ingresos por exportaciones”, a pesar de que la deforestación creció 86% entre 1990 y 2005, “más que en cualquier otro país tropical”, indica el aporte malasio al Informe de Social Watch.

La situación es gravísima en Zambia, donde la deforestación, que en décadas anteriores se estimaba en 300.000 hectáreas al año, se elevó a 800.000 en 2008. Entre 1990 y 2010, el país perdió 6,3% de su cubierta forestal, unos 3,3 millones de hectáreas. El informe nacional de Zambia parece compendiar todas las malas prácticas posibles al respecto: explotación comercial de maderas autóctonas iniciada en la década de 1930, talas y quema para ampliar la frontera agrícola, uso de leña y carbón vegetal como fuente de energía hogareña y de madera para construir, y falta normas de protección de bosques.

En Brasil, la tala y quema de bosques amazónicos responde a “la expansión de las explotaciones agropecuarias”. La acometida de grandes hacendados contra el Código Forestal, a debate en la Cámara de Diputados, incluye “la reducción de 80% a 50% de la superficie de reserva forestal que debe mantener toda propiedad rural de la Amazonia”, indica el aporte nacional al informe de Social Watch.

También la Amazonia de Perú (la octava cobertura forestal del mundo y la segunda de América Latina), así como sus bosques naturales andinos, han sufrido décadas “de agricultura de roce y quema y de consumo de carbón de palo para hogares y restaurantes”. Los manglares y bosques secos y sub-húmedos “están agotados” y se deforestan 150.000 hectáreas al año.

La agroexportación destructora

Los monocultivos destinados a la exportación a países ricos, como el de caña de azúcar en Guatemala y el de café en Nicaragua, también han contribuido con la pérdida de bosques. El modelo agroexportador de Paraguay también ha derivado en “una deforestación constante”. El gobierno de Camerún resolvió “aumentar aun más la producción” de cacao cuando los precios bajaron en la década de 1980, “para lo que se despejaron aun más áreas de selva tropical”.

En Guatemala, donde también incidieron las actividades extractivas y el uso de madera para construir y de leña para cocinar, se ha llegado a “la virtual desaparición de los bosques naturales”, que sería total en 2040 de persistir el ritmo de deforestación de 82.000 hectáreas anuales.

Nicaragua pierde cada año 75.000 hectáreas de bosque por la tala ilegal, la agricultura y los incendios, a menudo provocados para abrir tierras a los cultivos. Además, 76% de la energía destinada a cocinar procede de la leña. Ocho de los 12 millones de hectáreas de bosques están degradados.

A la actividad agropecuaria responde también la reducción de la cobertura boscosa de Panamá, de 70% en 1970 a 35% en 2011, según datos de la Autoridad Nacional del Ambiente recogidos por el aporte nacional al Informe de Social Watch 2012.

Argentina perdió unos 23.553 kilómetros cuadrados de bosques nativos entre 1937 y 1987, y 2.500 al año entre 1998 y 2006, es decir una hectárea cada dos minutos. Las causas, según el informe, son “la explotación forestal irracional, la expansión de la frontera agropecuaria y la ausencia de políticas públicas y de incentivos a los actores privados para la reforestación con especies nativas”.

La no aplicación de la Ley Forestal de Birmania, así como de la Ley de Minería que obliga a consultar a la población afectada por los proyectos, permitió la pérdida de 20% de los bosques del país entre 1990 y 2005. La minería y otras actividades extractivas también afectan a Filipinas y “deberán suspenderse o sujetarse a controles muy estrictos” para “restablecer la cubierta forestal, que del 40% ideal ha caído a 27%”.

La historia se repite en Armenia, cuyo gobierno permitió “la minería en áreas ecológicamente sensibles”. Por eso y por “el uso de leña como combustible”, la deforestación “ha escalado a un nivel sin precedentes”, según el informe nacional de Social Watch, el cual estima que “solo 7% del territorio permanece forestado, muy por debajo del 35% de hace dos siglos, y gran parte de los bosques están degradados”.

A las escondidas

Los conflictos armados hicieron lo suyo en países como Afganistán, Sri Lanka y Sudán, donde ciertas facciones talaban bosques para dejar sin escondites a sus adversarios y para abastecerse de leña.

Sri Lanka, de hecho, conserva apenas 1,5% de su bosque original, en gran parte perdido durante el régimen colonial británico para la plantación de caucho, café y té, según un informe de Conservation International recogido por la coalición nacional de Social Watch. Luego del conflicto, entre 1990 y 2005, “el país tuvo una de las tasas de deforestación de los bosques primarios más altas del mundo, perdiéndose más de 18% de la cubierta forestal restante”, lo cual se agravó con los esfuerzos de reconstrucción tras el tsunami de 2004.

La inseguridad alimentaria agravada por sequías atribuibles al cambio climático induce a los agricultores de República Centroafricana a avanzar sobre los bosques. Además, la leña representa 90% de la energía en las cocinas de todo el país y 91,7% de la calefacción en Bangui, la capital, donde se queman cada día entre 750 y 1.400 toneladas.

En Nigeria, además de los agricultores, los cazadores queman bosques para encontrar sus presas, lo cual se suma a la demanda de madera para viviendas, para cercas y para la actividad pesquera y de leña como combustible.

La deforestación de Tanzania, cuya cubierta boscosa se redujo 15% entre 1990 y 2005, “aumentó mucho desde 2000”. El recrudecimiento de la pobreza elevó el uso de leña como fuente de energía para cocinar.

Los bosques del sur de Senegal desaparecen “a un ritmo desenfrenado”, según el aporte de ese país al Informe de Social Watch. Sus autores atribuyen el fenómeno a los conflictos armados, la búsqueda de nuevas tierras de cultivo, la producción de carbón y el uso de madera para construir.

En Somalia, la deforestación responde a la producción de carbón para el uso local y la exportación, e impone “una severa presión” sobre los bosques, que cubren apenas 9% del territorio. También en Sudán el uso de leña y carbón vegetal, que representan casi 75% del consumo de energía, “ha llevado a la eliminación de muchos bosques”, lo cual acelera el avance del desierto del Sáhara “a lo que antes eran tierras arables y forestales”.

Mientras, los manglares de Tailandia “se ven amenazados por los asentamientos y la industria, además de su uso para leña, carbón vegetal, muebles y construcción”.


FAMILIAS DAMNIFICADAS POR LLUVIAS EN BOLIVIA PASAN DE 10 MIL                                
Fuente: www.prensa-latina.cu
23 de Febrero de 2012.

LA PAZ: Las familias damnificadas a causa de las lluvias y las inundaciones de los últimos días en Bolivia supera las 10 mil, informó hoy La Defensa Civil.

El viceministro de Defensa Civil, Óscar Cabrera, admitió que los núcleos familiares afectados por el fenómeno climatológico de La Niña llegaron a 10 mil 300 en todo el país, una cifra con tendencia a subir. Cabrera, sin embargo, adelantó que el Gobierno está en capacidad de abastecer de alimentos y otros productos necesarios a todos los damnificados en lo cual están involucradas no solo las autoridades civiles, sino las Fuerzas Armadas.

"Tenemos mil 700 toneladas de alimentos destinadas a esta tarea, sobre todo de azúcar, arroz, fideo, harina y aceite para atender a las familias que están sufriendo los desastres naturales" argumentó Cabrera.

El viceministro insistió en la necesidad de prestar especial atención a los ríos crecidos, con la intención de evitar pérdidas de vidas humanas, a lo cual llamó desde el primer momento el presidente Evo Morales. Por ahora, agregó, en el Chaco boliviano amenaza con irse de su cauce el río Parapetí, el cual es necesario vigilar, insistió.

Bolivia declaró el miércoles el estado de emergencia nacional por las lluvias y las inundaciones, las cuales devastaron cientos de viviendas y miles de hectáreas de cultivos.

Las escenas más dantescas se vivieron en el departamento amazónico de Pando donde el río Acre, cuyas aguas se elevaron de seis a ocho metros por encima de su nivel habitual, devastaron la población de Bolpebra e inundaron barrios de Cobija, la capital departamental.

A esta zona llegaron en los últimos días varios aviones de la Fuerza Aérea con ayuda para los afectados, en tanto las autoridades locales intentan contabilizar los daños, aunque tropiezan constantemente con las aguas, las cuales destruyeron los caminos e impiden hacer un cálculo certero de la situación.

MÁRTIRES DE AYER Y DE HOY



Trabajaba en Boquete; de él dependían dos menores de edad y la esposa, además de la madre y un hermano, a los que él apoyaba regularmente con el producto de su trabajo.  Desde muy joven tuvo que ganarse la vida de forma digna, honrada y sacrificada, en este país donde algunos afirman que los “indios no trabajan”.

Gerónimo Rodríguez Tugrí, soñaba con seguir sus estudios, asistió a escuelas nocturnas después de sus labores, y se preparaba a continuar sus estudios.

Se identificaba totalmente con su pueblo ngäbé y buglé, participaba de las actividades culturales y políticas. Y estaba lleno de optimismo y orgullo porque Buobbiti, la comunidad que le vio nacer, es la capital de la Comarca.

La Señora Elena y el Señor Vicencio, al igual que sus hermanos y hermanas, aún no entienden cómo un reclamo de derecho, de respeto y consulta, termine en asesinato para un joven.  Ellos desde la altura de Peñas Blancas recordarán el domingo 5 de Febrero como un día trágico, producto de la brutalidad y la codicia.

Nuestro respeto para Jerónimo. Su martirio se suma a los de Elías Clara, Saturnino Aguirre, cada uno en su momento, asesinados por la misma causa y reclamos. Ellos con su vida afirmaron la lucha de todo un pueblo que durante miles de años ha cuidado, ha caminado, hablado, danzado y construido en esta tierra.

Jerónimo, además de su trabajo, también participó como Bugo Day. Él será el ejemplo para la juventud de hoy, que contra todo tipo de adversidad sigue el camino para fortalecer nuestra Comarca; tierra que durante miles de años ha guardado nuestra historia, nuestra memoria y que no está a la venta a los mercaderes de la muerte.

Las opiniones de solidaridad han aumentado significativamente, lo cual es un avance importante. Las opiniones en contra, fundadas en el racismo, la ignorancia y la codicia, demuestran que hay “panameños” que, desde hace rato, sólo piensan en saquear los recursos nacionales para su beneficio particular. Y nosotros nos convertimos en un obstáculo para ese negociado.

El bienestar para los indios se viene oyendo desde cinco siglos. El resultado es que hoy nos venden como el más pobre entre los pobres. Y así llega la caridad.

El sacrificio de Jerónimo fue para que no se den más negociaciones sin el consentimiento del pueblo ngäbe buglé, y se negocie la deuda histórica con los pueblos indígenas de Panamá.

José Mendoza A.
Indígena ngäbe. Abogado.
CARTA DE LA TIERRA

Estamos llamados a construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas. 

Debemos asegurar que las comunidades, a todo nivel, garanticen los derechos humanos y las libertades fundamentales y brinden a todos la oportunidad de desarrollar su pleno potencial; así como promover la justicia social y económica, posibilitando que todos alcancen un modo de vida seguro y digno, pero ecológicamente responsable.

Nuestro deber es buscar asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras. Reconocer que la libertad de acción de cada generación se encuentra condicionada por las necesidades de las generaciones futuras. 


CONOZCAMOS NUESTROS DERECHOS
Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas


Artículo 14

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer y controlar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas, en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje.
2. Las personas indígenas, en particular los niños indígenas, tienen derecho a todos los niveles y formas de educación del Estado sin discriminación.
3. Los Estados adoptarán medidas eficaces, junto con los pueblos indígenas, para que las personas indígenas, en particular los niños, incluidos los que viven fuera de sus comunidades, tengan acceso, cuando sea posible, a la educación en su propia cultura y en su propio idioma.

Artículo 15

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a que la dignidad y diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones queden debidamente reflejadas en la educación pública y los medios de información públicos.


HA LLEGADO EL DÍA…

Ha llegado el día de la ira,
de la suerte sin futuro.
Durante siglos he sido perseguido y explotado,
humillado y escupido.
Mi tierra, mi sol, mi sangre son de otros;
incluso mis palabras son ajenas.
Ahora estoy sobre mis pies,
en la tierra que fue mía
y miro los cerros y la luz
y veo los ríos y digo:
Me has quitado todo y aún quieres más.
¿Quieres mi oro?
¿Quieres mi cobre?
¿Quieres mi agua?
¿Quieres mi aire?
Mátame y tómalos.
Y si aún quieres más,
mata también a mis hijos,
a los animales
y a todos los que vengan.
Entonces la tierra te cubrirá de pus.


Biler y Bursob sembraron el caos, vertieron sangre en la cara de la Madre Tierra. Biler y Bursob enseñaron a sus hijos a hacer lo mismo (Relato de Biler y Bursob).