CIDH CONDENA “ENÉRGICAMENTE” ASESINATO DE LÍDER INDÍGENA DEL PUEBLO WAYÚU
Por Servimedia, 3 de Agosto 2010.
COLOMBIA: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ayer “enérgicamente” el asesinato del líder indígena del pueblo wayúu Luis Alfredo Socarrás Pimienta y pidió al Gobierno que investigue el caso y proteja a los defensores de los derechos de los indígenas en Colombia.
La comisión destacó en un comunicado que Socarrás era “un reconocido líder indígena y defensor de los derechos humanos del pueblo wayúu”. Durante el último año, el dirigente indígena había liderado varias manifestaciones del pueblo wayúu en protesta por la situación de sus derechos humanos individuales y colectivos, reclamando mejoras en la calidad de vida de sus integrantes. Socarrás había participado además como candidato por el partido Polo Democrático Alternativo a la alcaldía del municipio de Manaure (norte de Colombia) y había sido el gestor de campañas de atención odontológica a comunidades de la Alta y Media Guajira.
Según la información recibida por el organismo, Socarrás fue asesinado el 27 de julio en Riohacha (norte) por un sicario que le disparó en la puerta de su casa y huyó.
La CIDH condenó “enérgicamente” el asesinato y señaló que los ataques contra los defensores de los derechos humanos “no solamente violan sus garantías individuales como personas, sino también atentan contra el rol fundamental que cumplen en la sociedad”. El atentar contra alguien como Socarrás, odontólogo y defensor de derechos humanos, “genera situaciones de indefensión para todas las personas que se benefician de sus labores”, lamentó el organismo. Por eso reclamó al Estado que investigue el crimen “para llevar a la justicia y sancionar a los responsables materiales e intelectuales”, y enfatizó la necesidad de proteger y dar seguridad a los defensores de los derechos de los pueblos indígenas de Colombia “para evitar la repetición de crímenes como éste”.
El organismo recordó que el trabajo de los defensores de derechos humanos es una “pieza esencial” en la construcción de una democracia “sólida y duradera”, así como para lograr el pleno del Estado de Derecho y las garantías fundamentales de todas las personas.
COMUNIDAD DE SECHURA PROTESTA POR FOSFATOS Y EXPLOTACIÓN MARINA
Por Servindi, 4 de Agosto de 2010.
PERÚ: La comunidad campesina San Martín de Sechura anunció una marcha de protesta tras el primer envío de roca fosfórica por la Empresa Vale, fijado para el 5 de Agosto. La comunidad, ubicada en la norteña región de Piura, calificó esa fecha como el “día de la indignación” porque saldrá hacia Brasil el primer embarque de fosfatos sin que el pueblo haya recibido el beneficio prometido.
El comunero Francisco Ayala informó que la protesta será contra las falsas promesas y expectativas creadas en torno al fosfato, porque supuestamente significaría el despegue y el desarrollo de la provincia. Por otra parte, el diario La Primera recogió el testimonio de Edgar Villareyes Chira, un ex trabajador de la compañía brasileña Vale, quién denunció haber sido despedido injustamente junto a otros trescientos trabajadores. Villarreyes asimismo calificó de “falsa” la información empresarial que señala que el 80 por ciento de los trabajadores de Vale pertenezcan a la provincia de Sechura.
También el Frente de Ancha Base de los Intereses de la Bahía y Provincia de Sechura expresó su malestar frente a la amenaza de la Empresa Savia Perú de abrir pozos petroleros dentro de la bahía de Sechura. Señalan que ellos viven del mar, el cual les brinda una fuente de trabajo sostenible como la pesca y la maricultura. La actividad petrolera traerá “graves consecuencias” y los perjudicados serán todos los sechuranos. Denuncian que las empresas prometen el oro y el moro pero no cumplen sus promesas y todo queda en un engaño. Este es el caso de la empresa Vale Do Río Doce. Sostienen que ahora se lleva el fosfato sin dejar nada bueno para la provincia.
LA GENTE VIVE ESPERANDO LA MUERTE EN MUCHOS PUEBLOS DE NÍGER
Por Caroline Gluck, 4 de Agosto 2010.
ÁFRICA: Níger es el epicentro de la actual crisis alimentaria en África occidental. Caroline Gluck, enviada de Oxfam, nos informa desde las comunidades más rurales a las afueras de Niamey.
El municipio de Simiri, dentro del distrito de Ouallam está a aproximadamente a una hora y media por carretera de Niamey, la capital de Níger. Simiri está lejos de ser una de las zonas peor afectadas por la crisis alimentaria más aguda que en estos días azota el país. Se comenta que hay áreas más al norte del distrito donde la situación es mucho más seria.
No obstante, incluso en Simiri las circunstancias son extremas. Cuando pregunto a un grupo de hombres cobijados a las sombra cómo han ido las cosas, me responden: “La situación es catastrófica”. Más del 80% de los nigerinos viven en zonas rurales como Simiri, y subsisten gracias a la agricultura y la ganadería. Se dice que para la mayoría de estas personas el ganado es su cuenta bancaria. Si las cosas van bien, compran más animales, porque lo consideran una inversión para el futuro. Pero los tiempos que corren son terribles.
En el municipio de Simiri, la mayoría de los hombres que antes tenían ganado se hanvisto obligados a venderlo para comprar alimentos para su familia. Dos hombres me dijeron que sus vacas habían fallecido en los últimos nueve días. No hay ni comida, ni pasto, ni agua para alimentarlas, así que simplemente colapsaron y se murieron de inanición. Oxfam había repartido forraje en el municipio, pero los hombres me dijeron que se había terminado todo.
Djibri Daouda, un padre con cuatro hijos, me muestra una vaca: “El año pasado tuve que vender dos vacas para poder alimentar a mi familia”, me explica. “Esta era la última”, añade mientras con un gesto me señala la res muerta y seca sobre el terreno arenoso y lleno de moscas. “Se murió hace nueve días”, se lamenta el granjero.
Después, Djibri me enseña el granero de la familia vacío, pues la pequeña cosecha de mijo se acabó hace muchos meses. “Ya solo vienen los ratones”, comenta con sarcasmo.
Aparte de las vacas, este granjero antes tenía cabras, ovejas y varias gallinas, pero la única gallina que le queda está enferma y ya no pone huevos. La familia sobrevive principalmente con una dieta de hojas silvestres mezcladas con harina de mandioca. “Lo único que le pido a Dios es que superemos estos tiempos tan difíciles. Si lo logramos, quizá recobremos la esperanza”, concluye Djibri.
Se trata de tiempos muy preocupantes, que marcan solo el principio de la conocida como época de mayor hambruna en Níger, ya que faltan varios meses antes de la próxima recogida de las cosechas en septiembre. La gente ya ha agotado la mayoría de sus mecanismos de supervivencia vendiendo el ganado y los bienes familiares.
Antes Moussa Kolikoye tenía más de treinta cabras, trece ovejas, nueve vacas, un burro y dos caballos, pero con los años ha ido teniendo que venderlos todos, hasta que la última oveja se le murió a finales del año pasado.
“Este año ya no me queda nada”, se lamenta este padre con ocho hijos. “A veces puedo ganar algo de dinero, pero ya no me quedan muchas fuerzas porque estoy débil de no comer. Aquí la gente vive esperando la muerte, y no hay otra cosa. Pueden pasar tres o cuatro días sin que comamos decentemente, solamente sobrevivimos con hojas silvestres”.
Después de conducir un rato, me detengo en el poblado de Zontondi. Me encuentro con unos hombres que están vendiendo leña recogida del lado de la carretera, una de las pocas actividades con las que pueden ganar algo de dinero. Incluso así, salen de su casa de madrugada, tienen que andar nueve kilómetros o más para encontrar la leña y después vuelven cuando ha oscurecido.
“Son los peores tiempos que he conocido”, se queja Younoussa Mahmoudou, un padre de 50 años con doce hijos. “Estamos peor que en 2005”. Fue en dicho año cuando Níger se enfrentó a una crisis alimentaria seria, pero en 2010 la gente dice que la hambruna está más extendida. Lo único que pueden hacer es rezar para que llegue la ayuda y puedan así superar los próximos meses.
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